Madrid, España
En el esperado debut de Julián Álvarez, fue de nuevo Antoine Griezmann el goleador indispensable del Atlético de Madrid, el impulsor de una victoria de la que por el minuto 40, cuando marcó el 1-0 de falta directa, no había ni rastro frente al Girona, sentenciado al inicio del segundo tiempo con un trallazo de Marcos Llorente y goleado finalmente con el 3-0 de Koke Resurrección en los instantes finales
La bronca del Metropolitano cambió en unos instantes a la celebración: Griezmann lanzó la falta directa al palo del portero, con potencia, ajustada, en esa altura compleja para cualquier guardameta para marcar el gol con el que el Atlético se quitó un peso de encima y 40 minutos de apariencia sombría, lejos de la expectación que ha provocado su ambicioso mercado, liderado por Julián Álvarez, primera vez titular y casi invisible en el primer tiempo y menos en el segundo, pero aún muy lejos de la dimensión esperada. Cuestión de tiempo. De partidos.
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El 2-0, en el minuto 49, fue demasiado ya para el Girona. También la paz (después la relajación) para el Atlético, en el que se estrenó Conor Gallagher, cuya conexión con la grada aún sin jugar es una de las noticias de la última semana. El cuarto fichaje rojiblanco (este lunes se sumarán Clement Lenglet y previsiblemente el portero Juan Russo, ambos cedidos) hizo rugir al Metropolitano sin haber dado aún un pase con su nuevo equipo.
Es la ilusión que desprende este Atlético, aún en tono gris, todavía en construcción, lejos de la versión más esperado, pero ganador más práctico que brillante en su puesta en escena en el Metropolitano, además por 3-0, en una fantástica jugada de Pablo Barrios que continuó Llorente y culminó Koke. Allí ha vencido 33 de sus últimos 37 partidos. El déficit está como visitante.