Montevideo, Uruguay

El último adiós al futbolista del club Nacional de Uruguay Juan Izquierdo, fallecido en Brasil el martes tras sufrir una crisis cardíaca en pleno partido de la Copa Libertadores, congregó el jueves en Montevideo a miles de personas conmovidas por su muerte.

Izquierdo, de 27 años, murió tras permanecer cinco días en terapia intensiva en Sao Paulo, en una tragedia que enlutó al fútbol. Se había desplomado en el terreno de juego el 22 de agosto en un partido de su equipo ante el Sao Paulo.

Este jueves, el silencio, interrumpido en ocasiones por intensos aplausos, se adueñó de las inmediaciones y de la sede del Club Nacional de Fútbol en Montevideo, donde los restos del futbolista fueron velados hasta las 16H00 GMT tras arribar a Montevideo en la medianoche del miércoles en un C-212 “Aviocar” de la Fuerza Aérea Uruguaya.

Juan “era un ejemplo (…) muy querido. Un muchacho integro”, dijo Alejandro Balbi, presidente de Nacional, a periodistas.

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En un clima de profunda congoja, el público desfiló frente al féretro del jugador ubicado en el Salón Cristal de la sede de Nacional, rodeado por arreglos florales enviados en su mayoría por colegas y clubes, constató la AFP.

Al lugar llegaron incluso cuatro jugadores de Sao Paulo provenientes de Brasil y una delegación de Peñarol, archirrival de Nacional en el fútbol uruguayo, integrada por sus jugadores de mayor ascendencia, su presidente Ignacio Ruglio, su DT Diego Aguirre y dirigentes.

Tras el velatorio público no hubo sepelio, ya que sus restos serán cremados, informó Nacional, que decretó cinco días de duelo con banderas a media asta.

Silencio y lágrimas

La despedida se inició el miércoles con decenas de personas acercándose a la casa del Bolso para homenajear a Izquierdo con flores, velas, dibujos, mensajes y banderas. Algunos se santiguaban al tocar fotos del zaguero de sonrisa ancha. Hubo abrazos entre hinchas de Nacional y Peñarol, donde también jugó Izquierdo en 2019.

Astros como Luis Suárez, exjugador del Nacional, y exfiguras de la selección nacional, como Diego Forlán, identificado con Peñarol, entre otros muchos futbolistas, se despidieron del “Negrón”, como se conocía cariñosamente a Izquierdo.

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“Lo lloré, lo lloré y lo voy a seguir llorando”, dijo a la AFP Analía Raicoff, de 37 años. Hincha del club tricolor “de toda la vida”, Raicoff estaba mirando el partido de Libertadores que terminó en tragedia.

“Es espantoso, no podemos hacer nada ahora más que darles fuerza (a sus familiares), que puedan salir de este dolor, que no lo van a olvidar nunca y nosotros tampoco”, dijo la hincha, que llegó junto a una amiga desde Colonia del Sacramento, unos 180 kilómetros al oeste de Montevideo.

El fútbol de luto

La tragedia se inició el jueves 22 durante el partido de Nacional contra el brasileño Sao Paulo por el pase a los cuartos de final de la Copa Libertadores –que el anfitrión terminó ganando 2-0.

El estadio Morumbí de la capital paulista enmudeció cuando el defensa se desplomó y fue llevado luego en ambulancia en medio de la desesperación del resto de los jugadores.

Cinco días después se produjo el fatal desenlace “a las 21H38 horas, por muerte cerebral tras un paro cardiorrespiratorio asociado a arritmia cardíaca”, según el parte del hospital Albert Einstein.

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Desde la FIFA, el presidente Gianni Infantino también mostró su congoja, mientras que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) declaró tres días de duelo.

Por su parte, la Asociación Uruguaya de Fútbol declaró luto hasta el domingo, sin ninguna actividad competitiva organizada por la federación. El campeonato local ya estaba suspendido desde el fin de semana.

Selena, pareja de Izquierdo y madre de sus dos hijos, la mayor de dos años y el menor nacido tan solo cinco días antes de que su padre fuera internado, conmovió a todos con un desgarrador mensaje publicado en las redes sociales del futbolista.

“Hoy una parte de mí muere con vos”, escribió sobre “Juanma”. “Hoy me toca seguir por nuestros hijos y sacar fuerzas de donde no hay (…) Te voy a amar toda mi vida, mi guerrero. Esta vez tocó perder”.