Roma, Italia
En un partido igualadísimo ante el vigente campeón y siendo visitante en su propio estadio, el Milán se encargó de destronar al Inter (1-2) como rey de la ciudad que comparten tras dos años de dominio interista y de vengar el reciente ‘Derbi della Madoninna’ en el que los ‘nerazzurri’ certificaron el ‘Scudetto’, cicatrizando una herida hasta ahora abierta.
En un momento en el que las distancias entre Inter y Milan son abismales en favor de los ‘nerazzurri’, fueron los milanistas los que merecieron llevarse los 3 puntos en el intenso derbi para apaciguar las aguas en su situación deportiva y salvar, por el momento, a su técnico, el luso Paulo Fonseca.
Desde el 3 de septiembre de 2022 no ganaba el Milan un derbi. Seis consecutivos perdiendo. Y la puesta en escena del Milan fue sorprendente teniendo en cuenta sus recientes actuaciones. Tras lo sucedido último ‘Derby della Madoninna’, en el que el Inter certificó su ‘Scudetto’, no podía ser de otra manera.
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Tras un aviso de Morata, que hizo más de mediapunta que de delantero al jugar con Abraham a su lado, llegó el golazo de la noche, una ‘delicatessen’ prematura de Pulisic que incendió la pequeña parte ‘rossonera’ en San Siro al minuto 10.
Recuperó el estadounidense en tres cuartos y pegó un acelerón con el que dejó a todos atrás. Una velocidad endiablada con la que se coló entre cuatro rivales para superar a Sommer con la punta de un pie.
Liberó toda la frustración que tenía dentro en la celebración, encarnándose en un aficionado milanista más, superado por la complicada situación deportiva de su equipo, victorioso solo en una de las cuatro jornadas disputadas y derrotado en la Liga de Campeones ante el Liverpool.
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Hasta que rozando la media hora de partido llegó el empate. En una jugada marca de la casa. Cambio de orientación de Barella a la profundidad de Dimarco. El carrilero dejó de primeras a Lautaro en la frontal. El capitán recortó y dejó de nuevo a Dimarco, que fusiló a Maignan. Otro gol del más interista de todos, un ‘ultra’ del Inter que juega en el equipo.
No hubo tiempo para treguas y el Milan volvió a lanzar un ataque a la contra. Morata puso el balón en largo a Abraham y este encontró a Leao, que disparó con la zurda a bocajarro pero se topó de nuevo con el muro de Sommer.
Estaba el Milan decidido a llevarse el partido. Lo merecía. Y tuvo que aparecer quizá el menos esperado para decidir el duelo. Gabbia, un central que completó un gran partido con un golazo de cabeza en el minuto 89 que acabó con dos años de dominio ‘nerazzurro’ en Milán, ahora ‘rossonera’.