Leipzig, Alemania
Un juegoentre la defensa más férrea de la Bundesliga y una Juve que solo ha encajado un gol en toda la temporada tenía todas las papeletas para ser muy reñido.
Para los visitantes, en particular, fue un comienzo difícil, ya que tanto Bremer como Nicolás González tuvieron que abandonar el terreno de juego lesionados cuando apenas habían transcurrido 10 minutos.
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Sin embargo, cuando llegó el único gol de calidad de la primera parte, la espera mereció la pena. Xavi Simons envió un precioso pase en diagonal a Benjamin Sesko, que la bajó con la pierna derecha antes de rematar con la zurda por debajo del larguero.
La respuesta italiana fue limitada, aunque la Vecchia Signora se sintió agraviada al serle denegado un penalti cuando Dusan Vlahovic fue golpeado dentro del área por Castello Lukeba, el primero de muchos encontronazos con el árbitro François Letexier.
El descanso fue como un abismo entre dos mundos irreconocibles, ya que con el inicio de la segunda parte estalló la acción prácticamente de inmediato. Vlahovic empató al rematar un centro de Francisco Conceicao, pero la alegría duró poco.
El guardameta de la Juventus, Michele Di Gregorio, fue expulsado tras tocar con la mano fuera del área para impedir que Lois Openda viera puerta, y en el lanzamiento de falta resultante, Douglas uiz, que solo llevaba unos segundos sobre el terreno de juego, detuvo con el brazo el disparo de Xavi Simons, regalando así un penalti a los germanos.
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Sesko anotó su segundo gol desde los 11 metros, pero pronto se dio cuenta de que tenía compañía en la pugna por ser el máximo goleador del partido.
Los hombres de Thiago Motta necesitaban un milagro, pero fue una noche de fenómenos paranormales en Sajonia, ya que Vlahovic lanzó un disparo imparable que superó a Peter Gulacsi y se coló por la escuadra.
En el minuto 82, Conceiçao se coló en el área y anotó el gol de la victoria, manteniendo así el récord de la Juventus de marcar exactamente tres goles en sus cinco victorias de esta temporada.
