Lausana, Suiza

El Real Madrid no asistió a la gala del Balón de Oro y sugirió en un mensaje que su presidente, el esloveno Aleksandr Ceferin, estuvo detrás del batacazo inesperado de Vinicius Júnior y el premio a Rodrigo Hernández. La historia ya es conocida. «Balón de Oro-UEFA», renombró el club blanco al galardón en esa comunicación, recordando que desde esta edición el organismo europeo se había sumado a la organización junto a la revista France Football.

La UEFA lo tiene claro, ese mensaje que traslada el club campeón de la última Champions League, organizada también por ellos mismos, no les gusta. «Si dicen algo así, eso lo dice todo de ellos», asegura a Relevo una alta fuente del ente rector del fútbol europeo. «Y entonces no merece ningún comentario más por nuestra parte».

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La antipatía entre el Real Madrid y la UEFA -o, para ser más precisos, entre Florentino Pérez y Ceferin- viene ya de larga data. «Ceferin odia cordialmente a Florentino, se habrá tomado una copa a la salud de Rodri», ilustraba este martes en una entrevista en Relevo Paco Aguilar, el periodista español que votó hasta 2013 y de los que más conoce los intríngulis del premio.

En los inicios de la presidencia del esloveno, los chispazos llegaron por la insistencia de Pérez para que un político español formara parte de la entrega de medallas en los tres éxitos consecutivos del Real Madrid entre 2016 y 2018. Ceferin se negó, Pérez se enfureció y los ánimos se caldearon. Tan fuerte fue la discusión, que el presidente del Real Madrid llamó semanas después a su contraparte de la UEFA para disculparse.

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El siguiente salto en el nivel de tensión, ya en un punto de no retorno, fue la, de momento, frustrada creación de la Superliga. La guerra es conocida también y aunque vive en un momento de calma, de guerra fría, volverá, ya que Florentino Pérez no ha enterrado sus intenciones, a pesar de que muchos en Europa consideran que están solos, ellos y el Barça, y no hay futuro.